El viejo truco del mono fumador

El año era 1942, en plena segunda guerra mundial. El sistema de propulsión a reacción era un concepto totalmente desconocido para el público en general, incluso para la inmensa mayoría de la comunidad aeronáutica, sin embargo en Europa circulaban rumores sobre aviones que podían volar sin hélice.

En ese mismo año el XP-59A Airocomet, prototipo a reacción de la Bell, fue enviado en secreto a la base aérea Edwars en California EEUU, dónde se llevaría a cabo la etapa de pruebas de vuelo. La operación se mantenía bajo la mayor discreción. Cuando se transportaba en tierra ,el avión era tapado con una lona y una hélice falsa de madera se le colocaba en la trompa.

La identidad de los miembros del escuadrón de vuelo también era celosamente guardada, a tal punto que Jack Woolans, piloto en jefe del proyecto, distribuyó entre los pilotos sombreros bombines y bigotes falsos.

Un encuentro de un XP-59 con testigos ajenos al proyecto ocurrió en el otoño de 1943. Una formación de cazas P-38 Lightning que entrenaban sobre el Desierto de Mojave se encontró cerca del XP-59 de Jack Woolams. Además de su bombín Woolams llevaba puesta una máscara de mono con un puro en la boca.

Los pilotos de los P-38 se asombraron al ver un avión volando sin hélice, pero más se sorprendieron al ver dentro de la cabina, el piloto era un mono con sombrero, que además fumaba un puro. El mono se sacó el sombrero haciendo un saludo y se alejó a una velocidad impresionante.

Lo que Woolams había logrado era que aquellos atónitos testigos desconfiaran de sus propios sentidos, y que su historia resultara increíble: "Era un avión sin hélice, y lo pilotaba un mono fumador con sombrero... el mono me saludó." Nadie les creyó y sus reportes fueron desestimados. De esta manera el XP-59 se mantuvo en secreto hasta el final de la guerra. Según escribió el historiador Curtis Peebles en su libro Dark Eagles, "se dijo que muchos pilotos se habían vuelto abstemios después de semejantes encuentros."